Todos
hemos escuchado en series, películas, anuncios y otro sinfín de
medios frases como: ¿Y que van a pensar de...?. Muchos sufrimos o
hemos sufrido la presión, aunque realmente es miedo, al pensar que
opinan los demás de nosotros. ¿Pero es realmente importante lo que
piensan los demás? Y ¿Por qué nos importa tanto lo que piensan
de nosotros? Vivimos en una sociedad profundamente preocupada por la
opinión ajena y quizás esta preocupación nos priva de nuestra
propia felicidad.
Debemos
empezar intentando encontrar el origen de esta preocupación. Como
muchos otros “males” de nuestro carácter y relación con el
entorno social, radica en nuestra niñez. Empezamos a creer que la
opinión de los demás es importante cuando somos niños y dadas
algunas circunstancias, sobretodo en la escuela, empezamos a modelar
nuestro carácter e imagen a partir de unos esquemas, estereotipos y
de la opinión general de la sociedad.
A
medida que vamos creciendo recibimos el impacto constante de
publicidad y otros medios, que nos hace pensar que debemos adquirir algunos productos
para sentirnos mejor o comprar otros para mejorar nuestro aspecto.
Vemos gente en la televisión que admiramos porqué “triunfa” por
su manera de ser y hacer y queremos ser como ellos, porque todo el
mundo admira estos referentes y tienen una buena opinión de ellos.
Crecemos rodeados de nuestra familia, conocidos y amigos. Somos
educados en escuelas donde a veces la opinión ajena es demasiado
cruel para un niño, que a su temprana edad, aun no sabe gestionar la
critica y aveces encontramos muchos casos de niños realmente
afectados socialmente por la opinión ajena. Por encima de estos
casos hay una gran mayoría que consigue “integrarse” en los
diferentes grupos que va encontrando en su vida y que a partir de ir
cambiando su persona según la opinión de unos terceros, consigue adaptarse a
los diferentes grupos y colectivos.
Entonces
¿Porqué nos empeñamos en cambiar?¿Convertirnos en alguien que
no somos? ¿Crear una persona diferente a como somos en realidad?¿Por
que nos olvidamos de ser nosotros mismos?. La respuesta es: el MIEDO,
el miedo a que nos miren mal, a quedarnos solos, a que no nos
acepten, a que se reían de nosotros, a que nos critiquen a nuestras
espaldas, a quedar fuera de las modas y tendencias, el miedo a no ser
iguales a los que nos rodean.
Pero
lo mas importante de todo esto es que este miedo nos priva de nuestra
propia felicidad. Con el fin de controlar este miedo, dejamos de
hacer muchas cosas que realmente nos gustaría hacer y no las hacemos
para no salirnos de los esquemas preestablecidos, adoptamos
pensamientos ajenos para que los nuestros no nos aparten de los
demás, modelamos nuestra imagen para parecer alguien que no somos,
pero almenos ser como los otros.
Creo
que la felicidad reside en hacer lo que uno realmente quiere hacer,
en cualquier momento, de ser como somos, actuar natural, vestir como
nos sentimos mas cómodos, mantener unos ideales y una opinión
independiente de las otras. Esto nos hace felices y esto nos hace
personas. En nuestra mano esta cambiar esta situación, educando a
los niños desde valores como el respeto, igualdad, libertad,
fomentando la opinión personal, la creatividad, promulgando la
adaptación y rompiendo estereotipos, escuchar esta bien pero a veces
seria mejor tapar-se las orejas.
En
el momento que empezamos a actuar y hacer lo que nos dicen los demás,
dejamos de ser nosotros mismos.
Xavier Carmona Llavero