jueves, 14 de mayo de 2015

Álter ego, ¿por qué intentar ser alguien que no soy?

Desde una edad muy temprana la socialización contribuye en forjar un carácter influenciado por quien nos rodea. En cuanto nos empezamos a relacionar con los demás, descubrimos que no todos somos iguales, tenemos gustos diferentes, un carácter distinto u otra manera de hacer y de pensar, a la vez que inconscientemente establecemos relaciones mas cercanas con la gente que tenemos mas afinidad. Este proceso socializador tan primario se desarrolla a lo largo de nuestras vidas, de tal manera que a veces modelamos nuestro carácter con el propósito de acercarnos mas a alguien.  ¿Por qué cambiamos nuestro carácter o gustos? ¿Por qué engañamos? ¿Nos puede proporcionar algún beneficio personal, intentar ser alguien que no somos?


Si hoy pensamos por un momento quienes son nuestros amigos de confianza, y después pensamos en nuestros amigos de la infancia, con bastante seguridad podemos identificar unas diferencias importantes. Este hecho tan representativo es el resultado de una "selección natural" de nuestro entorno social. A lo largo de la vida conocemos cientos de personas, con algunas solo mantenemos unas breves palabras con otras compartimos toda una vida. Pero lo que determina el grado de relación entre dos personas es la afinidad, la conexión de gustos, carácter, atracción personal u opiniones entre dos personas. Ademas esto sucede de manera inconsciente en su mayor medida, tu conoces a alguien en un bar y con 5 minutos de conversación ya puedes saber hasta que punto te puede interesar esa persona, establecemos un filtro social. 

No obstante, a menudo  tenemos tanto interés en formar parte de un grupo, col·lectivo o de agradar a alguien, que cambiamos nuestra manera de actuar, mentimos acerca de nuestros gustos u opiniones, damos una visión de nuestra personalidad distorsionada de la real, de tal manera que los demás conocen alguien que realmente no somos, como si de un álter ego se tratara. Por ejemplo nos gusta una chica o un chico y conocemos cuales son sus gustos u opiniones y nosotros aparentamos que mantenemos los mismos para que esa persona crea que existe una afinidad. 

Nuestro carácter cambia con el tiempo y con él nuestra manera de ser y de pensar, a la vez que cambia el de los demás.  Nos distanciemos de algunas personas que toman decisiones diferentes o con el tiempo nos damos cuenta, a partir de la experiencia, que algunas personas no nos interesan. Nuestro "filtro" para establecer relaciones cada vez es mas sofisticado y preciso y el tiempo nos demuestra si intentar ser alguien que no somos nos resulta fructífero, si la persona nos aporta algo positivo o es mejor distanciarnos de ella. La experiencia nos enseña a escoger que tipo de personas merecen nuestra confianza y aunque las apariencias engañan, el tiempo determina el valor de las decisiones. 


Todos somos diferentes, y esto  da un valor incalculable a los humanos, la diversidad. Hay que actuar con naturalidad ser nosotros mismos, intentar mejorar como personas día a día, pero sin mentir a nadie y aun menos a nosotros mismos, para ganarnos su favor. Las relaciones que se construyen encima de los cimientos de la mentira y del engaño no tienen ningún futuro, saber que alguien no es realmente quien creíamos que era, darnos cuenta que nos estaba engañando provoca una gran decepción. Quien permanece a tu lado debe ser porque conoce realmente quien eres y lo acepta. La gente debe conocer nuestra autentica personalidad y si sigue a nuestro lado sera porque da un valor a nuestras virtudes y también a nuestros defectos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario